jueves, 19 de mayo de 2011

Voto en blanco o voto nulo

En España, las personas que no votan no se contabilizan como votos en blanco ni se reparten. Lo que pasa es que de acuerdo con la Ley D'Hont, si hay mucha abstención baja la proporción de votos necesarios para obtener un escaño y, al contrario, si la participación es muy alta, la proporción de votos necesarios para un escaño aumenta.

En España el método de contabilización electoral es el de la Ley D´Hont. Este sistema, a diferencia de otros como el Sainte-Laguë, distribuye de forma poco representativa -aunque proporcional- los votos. En España, el porcentaje mínimo para tener representabilidad es del 3%, siempre. El sistema electoral, gracias a esta ley de distribución de votos, funciona por cocientes. El voto en blanco se suma al número total de votos del escrutinio, a partir del cual se calcularán los porcentajes de representación. Así, un elevado voto en blanco significa elevar considerablemente el número de votos necesarios para llegar al 3% del total, lo que dificulta la representabilidad de los partidos minoritarios.
    -Si existen 10.000 votos para un total de 7 escaños, el primer escaño se conseguiría con 1428 votos. -Si hay 10.000 votos a candidaturas + 5000 votos en blanco para un total de 7 escaños, el primer escaño estará a 2.142 votos (15.000/7) -Esos 5000 votos en blanco no se asignan a ningún partido directamente, sino que se acumulan en los partidos más votados pues tienen más fácil acceder al cociente porcentual de representabilidad.

Con lo que no votar o votar nulo es mejor, dado que con menos votos el porcentaje sube y apoya a los partidos minoritarios a pasar la barrera del 3%. Desde luego, lo peor es votar en blanco, por la ley D'Hont.
 
 

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